sábado, 20 de febrero de 2010

El sapo incansable

En un lejano pueblo se organizó una carrera de sapos con el objetivo de alcanzar lo alto de una gran torre. Mucha gente se reunió para ver tal acontecimiento. Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era:
¡ Que pena ! ningún sapo lo conseguirá… Y los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno que persistía, subiendo en busca de la cima. Y eso que la gente seguía diciendo: ¡ Que lástima ! ninguno lo logrará… Y los sapitos seguían, uno a uno, dándose por vencidos, salvo aquel que seguía y seguía. Y además, cada vez con más y más fuerza.
Cerca del final de la competición todos desistieron, menos ese sapito que había sido perseverante. Y que finalmente llegó a la cima con todo su esfuerzo. Los otros querían saber que le había pasado. Alguien le fue a preguntar su secreto para llegar hasta el final de la prueba. ¡ Y descubrieron que era sordo !

¡ Ok ! A ciertas personas, el cuento les parecerá tonto o demasiado simple. En mi opinión, no sólo no lo es, sino que hasta incluso es polisémico, es decir, acepta varias lecturas o significados. Las que considero más importantes son, en primer lugar, la de que el poder de las palabras es decisivo en nuestra mente -y consecuentemente- en nuestra vida. La segunda, es que nuestro sistema social suele ser derrotista. Y por último… ¡ que a veces “ser sordo” a ciertas palabras o circunstancias de la vida es lo mejor que te puede pasar !

pd: dedicado a Fer, mi hermano.

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