domingo, 25 de abril de 2010

Los enojos y los agujeros en la cerca

Había un niño que tenia muy mal carácter.
Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca pero, poco a poco, fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente, llego el día en que no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre; entonces el papá le sugirió que por cada día que no controlara su carácter sacara un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo decirle a su papá que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: - Mira hijo, has hecho bien pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca, ya la cerca nunca será la misma de antes. Cuando dices o haces cosas con violencia, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha. No importa cuantas veces pidas disculpas, la herida esta ahí, una herida física es igual a una herida verbal.

Siempre trata de controlar los impulsos cuando estés enojado...

domingo, 18 de abril de 2010

El Amo del pensamiento

El Aforismo, “Como un hombre piensa en su corazón, así es él,” no sólo abarca su ser, sino que llega a comprender cada condición y circunstancia de su vida. Un hombre es literalmente lo que piensa, siendo su carácter la suma de todos sus pensamientos.
Así como una planta brota de su semilla, y no podría ser de otra manera, así cada acción de un hombre brota de las semillas invisibles del pensamiento, y no podrían existir sin ellas. Lo anterior es aplicable por igual a aquellos actos considerados “espontáneos” y “no premeditados” como a aquellos que son deliberadamente ejecutados.

Las acciones son brotes del pensamiento, y la dicha y el sufrimiento son sus frutos. De este modo el hombre cosecha los frutos dulces y amargos que él mismo siembra. Los pensamientos en la mente nos hacen lo que somos. Nos forjan y modelan. Si albergas en tu mente pensamientos inferiores, el dolor te seguirá como sigue el arado al buey. Si en cambio tus pensamientos son elevados, te seguirá la dicha como tu propia sombra; es un hecho.
El desarrollo del hombre está gobernado por leyes, no por artificios, y la ley de causa y efecto es tan absoluta e inevitable en el reino oculto de los pensamientos como lo es en el mundo de los objetos visibles y materiales. Con la elección y aplicación de los pensamientos correctos el hombre asciende a la perfección divina. Con la aplicación y el abuso de los pensamientos incorrectos, desciende bajo el nivel de las bestias. Entre estos dos extremos están todas las categorías del carácter, y el hombre es su maestro y hacedor. De todas las maravillosas verdades del alma que han sido recuperadas y redescubiertas en esta era, ninguna más grandiosa y fecunda de divina promesa y esperanza que esta – el hombre es el amo del pensamiento, forjador del carácter, creador y modelador de condiciones, entorno y destino.

El hombre es siempre el amo y señor, aún en su estado de mayor debilidad y abandono; pero en su debilidad y degradación es el amo necio que gobierna mal sus asuntos. Cuando empieza a reflexionar acerca de su condición, y a buscar diligentemente la Ley que lo llevó a ese estado, se transforma en el amo sabio, canalizando inteligentemente su energía, y elaborando pensamientos fructíferos. Ese es el amo sabio, y el hombre sólo puede llegar a serlo descubriendo dentro de sí mismo las leyes del pensamiento; descubrimiento que es resultado de aplicación, auto-análisis, y experiencia.

Probará inequívocamente que es forjador de su carácter, modelador de su vida, y constructor de su destino. Si vigila, controla, y altera sus pensamientos, siguiendo el rastro de sus efectos en sí mismo, en otros, en su vida y circunstancias, enlazando causa y efecto con práctica e investigación pacientes, encontrará útil cada experiencia, aún la más trivial, cada hecho cotidiano, como medios para obtener el conocimiento de sí mismo que es Entendimiento, Sabiduría, Poder. En ese sentido, como en ningún otro, está la ley absoluta “Aquel que busque encontrará; a aquel que llame a la puerta, se le abrirá”; sólo con paciencia, práctica, e impertinencia incesante puede un hombre entrar por la Puerta del Templo del Conocimiento.

Allen Janes - Como el hombre piensa

domingo, 11 de abril de 2010

El Romance del Prisionero

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

Versión 1
Recogida por Ramón Menéndez Pidal en "Flor Nueva de Romances Viejos"

domingo, 4 de abril de 2010

¿ UNA O DOS ?

¿ Me convidás una de tus pastillas letales ? No veo nada sino la punta del obelisco.
Luego, giro el cuello, me persigno y repito por dentro cien veces el Ave María, hasta quedarme dormida en el espacio.
Me doy cuenta que una sola pastilla no es suficiente para poner punto final al infierno interior.

¿ Te sobraron algunas pastillas de las del otro día, tan suaves, blandas para masticar ?

Sí, te las regalo. Le dí una a mi gatito y hace días que no se despierta de un profundo letargo. Así que si estás con problemas de insomnio te van a venir fenómenas.

Gracias, viejo, porque siempre te acordarás de mí y yo de tí. La gauchada que me hacés no te la hace cualquiera.

El dueño del gato se quedó asombrado de estas palabras, no dijo nada, se dio media vuelta y se echó a andar lentamente campo traviesa.


Manantial. 13/06/05

¡ DISFRUTEN !

Este texto me lo envió mi amiga Silvina Shejtman hace unos años.