domingo, 29 de noviembre de 2009

...

Hubo una época en que todo
era más fácil.
Tu mamá decidía que ropa
te ponías.
Te peinaba.
Te cuidaba.
Y cuando tenías hambre,
sólo llorabas.
Ibas a ser abogado.
O tal vez ingeniero.
Pero un día, sin que te dieras
cuenta, creciste.
Y aprendiste a decir que no.
No te conformaste.
Empezaste a tomar tus
propias decisiones.
Y sentiste que querías
cometer tus propios errores.
Entonces tomaste el camino
más difícil.
El que no estaba hecho.
Te dedicaste a lo que
realmente querías.
Te animaste a ser distinto.
Escuchaste esa voz que te
salía de adentro.
Y por primera vez sentiste
que podías.
Era tu lucha.
Tu convicción.
Y sin dudarlo arriesgaste
todo lo que tenías.
Porque en el fondo, sabías
que había algo mucho peor que
fracasar.
No haberlo intentado.

Nota: Hace unos cuantos años, Nike sacó una serie de publicidades que rozaban lo poético. Llegué a encontrar cinco textos (este es uno de mis favoritos) que en todos los casos iban acompañadas con fotos de deportistas. Aunque hablemos, en definitiva, de una empresa que sólo vende ropa y accesorios deportivos, me parecen por lo menos interesantes y hasta incluso conmovedores (no me da vergüenza admitirlo ;-) porque cuando algo me moviliza no importa de donde venga ni cual sea su sentido, si es que lo tiene.

domingo, 22 de noviembre de 2009

¿ Cómo nace un Paradigma ?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros le pegaban.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato.
Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho.
El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Esto fue recopilado de una revista ("Súper Interesante" -Brasil-) de julio 2002.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas aquí, siempre se han hecho de esta manera, así es que..."

Reflexionemos… ¿ Qué es un Paradigma ? Es términos simples, es una manera de entender el mundo, de explicarlo y manipularlo. Una perspectiva para ver las cosas.
Un pensador norteamericano, Thomas Kuhn, desarrolla este concepto en el marco de la comunidad científica. Y sostiene que muchas veces los científicos siguen y sostienen ciertas teorías a pesar de que no les den resultados. Como los monos. Lo hacen porque es lo que les enseñaron. Y uno podría agregar también: porque es más fácil seguir lo que otros dijeron y no intentar pensar y experimentar por uno mismo.
Todo paradigma nos ofrece una forma de interpretar las experiencias de la vida. En un punto, es absolutamente cómodo.

La mente humana graba todo lo que le es enviado, sea a través de palabras, actos o pensamientos, propios o de otros, positivos o negativos. Basta con que uno los acepte. Y esta acción envuelve todo el organismo, sea en lo orgánico o en lo psíquico. Esto siempre sucederá, independientemente de los resultados para la persona. Es decir, uno puede seguir haciendo lo mismo que ha hecho siempre aunque no dé los resultados esperables.

Esta historia es una alerta para que filtremos lo que nos envía nuestra mente, pues ella no distingue lo real de la fantasía, lo cierto de lo equivocado, simplemente graba y cumple lo que le es enviado.

En definitiva, se trata de romper paradigmas y animarse a lo diferente. Eso es la vida, y no otra cosa.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Confesión

Esperando la muerte
Como un gato
Que va a saltar sobre la cama

Me da tanta pena
Mi mujer

Ella verá este
Cuerpo
Blanco
Rígido
Lo zarandeará una vez y luego
Quizás otra:

¡ Hank !

Hank no
Responderá.

No es mi muerte lo que
Me preocupa, es mi mujer
Que se quedará con este
Montón de nada.

Quiero que sepa
Sin embargo
Que todas las noches
Que he dormido a su lado

Incluso las discusiones
Más inútiles
Siempre fueron
Algo espléndido

Y esas difíciles
Palabras
Que siempre temí decir
Pueden decirse
ahora:

Te amo.


Charles Bukowski

domingo, 8 de noviembre de 2009

Táctica & Estrategia

Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no se cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no se cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.


MARIO BENEDETTI

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cerrando Círculos

O cerrando puertas.
O cerrando capítulos.
Como quieras llamarlo.
Lo importante es poder cerrarlos.
Lo imprescindible es dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿ Terminaste con tu trabajo ? ¿ Se acabó la relación ? ¿ Ya no vivís más en esa casa ? ¿ Tenés que irte de viaje ? ¿ La amistad se acabó ?
Podés pasar mucho tiempo “revolcándote” en los por qué, tratando de buscar el motivo de tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito, porque, en la vida, vos, yo, tu amigo, tus hijos, todos estamos abocados a ir cerrando capítulos.
A pasar la hoja. A terminar etapas o momentos de la vida y seguir para adelante.
No podemos estar añorando permanentemente el pasado.
Tampoco, preguntándonos por qué constantemente.
Luego de algunas reflexiones y/o acciones motivadas por lo que nos sucedió, todo terminó. Lo que ocurrió, ya fue. Y hay que soltar, desprenderse.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar relacionado con nosotros.
No. ¡ Los hechos pasan y hay que dejarlos ir !

Por eso, a veces resulta tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, dar regalos, cambiar de casa.
Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida, nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que darle relevancia a lo que tenemos en el presente.
El pasado -la redundancia se hace necesaria- ¡ya pasó!
No esperes que te devuelvan, te reconozcan, que alguna vez se den cuenta de quién sos.
¡ Soltá !

El resentimiento -prender tu televisor personal para darle una y otra vez al asunto -lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás.
Porque, si andás por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no terminan, posibilidades de regresar (¿ a qué ?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.
¡ Si podés enfrentarlos ya y ahora, hacelo ! Sino, dejalo ir, cerrá capítulos. Decite a vos mismo que no volvés a esa historia trillada.
Pero no por orgullo ni por soberbia, sino porque ya no encajás ahí: en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio.
Ya no sos el mismo que se fue hace dos días, tres meses, un año.
Por lo tanto, no hay nada a qué volver.

Cerrá la puerta, pasá la hoja, cerrá el círculo.
Ni vos serás el mismo ni el entorno al que intentarás regresar estará igual. Porque, en la vida, nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental: desprender lo que ya no está en tu vida.
Recordá que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es tan vital como para que dejes de vivir con tranquilidad.
Quizá la costumbre haya hecho que creyeras que se trataba de algo natural.
Se trata de aprender a desprenderse.

Hay que notar que lo que nos detiene forma parte de una costumbre, apego, necesidad.
Pero...cerrá, clausurá, limpiá, tirá, oxigená, despréndete, soltá.
Hay muchas palabras para referirse a la salud mental, y cualquiera que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡ ESA ES LA VIDA !