domingo, 25 de abril de 2010

Los enojos y los agujeros en la cerca

Había un niño que tenia muy mal carácter.
Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca pero, poco a poco, fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente, llego el día en que no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre; entonces el papá le sugirió que por cada día que no controlara su carácter sacara un clavo de la cerca. Los días pasaron y el joven pudo decirle a su papá que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: - Mira hijo, has hecho bien pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca, ya la cerca nunca será la misma de antes. Cuando dices o haces cosas con violencia, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha. No importa cuantas veces pidas disculpas, la herida esta ahí, una herida física es igual a una herida verbal.

Siempre trata de controlar los impulsos cuando estés enojado...

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